Este artículo que escribió vuestro humilde blogmaster se publicó originalmente en la revista La Cosa, allá a finales de la década pasada. En años en que la Internet recién empezaba, había mucha menos info sobre el doctor Fu Manchú en el cine para hallar. Así que, si bien la información sigue siendo vigente, hay material que falta o que está incompleto. Diría igualmente que el ciclo de películas anglosajonas sonoras de Fu Manchú está bastante bien cubierto. Sean indulgentes y comprendan el contexto en que se hizo.
Si quieren saber un poco más de más películas protagonizadas por el buen doctor, no duden en ir aquí.
PELIGRO AMARIYO
Por Roberto Barreiro
Cuando en 1912 el irlandés Arthur Saxfield Ward (1883 ¬1959) comenzó a escribir bajo el seudónimo de Sax Rohmer, lo hizo para ganar más plata que la que su trabajo como historiador especializado en magia y brujería le daba. Especialista en temas del Lejano Oriente, le pareció obvio trabajar con esa exótica temática para escribir en la narrativa popular.
El colonialismo europeo comenzaba a sentir las primeras grietas de su dominio absoluto del mundo. Sobre todo era el Extremo Oriente el lugar que más asustaba a los colonialistas. Japón estaba en crecimiento y modernización acelerada, en la India un ti pito llamado Gandhl comienza a predicar la resistencia pacífica contra Gran Bretaña y una China que acaba de aniquilar su milenario Imperio y es un caos de facciones políticas luchando una contra otra.
La raza amarilla tiene una civilización antiquísima y diferente de la occidental. De la desconfianza surgió el temor: ¿acaso la Unión Soviética no nació en un país más asiático que europeo? De desconfiar a temer a los orientales había un sólo paso, resumido en la frase "el peligro amarillo".y Sax Rohmer sería el que le pondría rostro a este arquetipo, inventando al genial y depravado Doctor Fu Manchú.
Durante trece novelas a partir de El Misterio del Doctor Fu Manchú (The Mistery of Dr. Fu Manchu), Rohmer desarrollaría a este diabólico genio criminal y su organización secreta, creando complicados planes para dominar al mundo. Oponiéndosele siempre estaba Sir Dennis Nayland Smith, de la policía británica y su Watson particular,el Dr. Petrie, quienes lograban derrotarlo tras sufrir mil y unas trampas exóticas, ataques de thugs, flores envenenadas, intentos de seducción de damas dragón ¬empezando por la propia hija de Fu Manchú, que se lo quería voltear al doctorcito como fuese- y torturas horrendas. El éxito dela serie fue total y Fu Manchú sería el modelo por el que se cortarían durante mucho tiempo a los genios criminales de la cultura popular, desde Ming, el Despiadado al Doctor No, pasando por La Gala... digo Garra.
Era obvio que un personaje así de exitoso iba a llamar la atención de Hollywood. Así fue que la Paramount compró los derechos para hacer tres films de Fu Manchú. El actor que loiba a interpretar no era chino, ni siquiera oriental (algo que sería una marca de fábrica en todas las películas sobre el personaje, siempre interpretado por caucásicos maquillados). Se trataba de Warner Oland, un sueco que alcanzaría la fama posteriormente haciendo de otro amarillo, el detective hawaiano Charlle Chan.
Este primer film fue El Misterioso Doctor Fu Manchú (The Mysterious Dr. Fu Manchú, 29), dirigido por Rowland V. Lee, que contaba como el doctor juraba venganza contra los "diablos extranjeros" que mataron a su familia durante la Revuelta Boxer de 1905.
Sus motivos eran diferentes a los del Fu Manchú literario que, hacía lo que hacía para libertar a China del caos y la decadencia. Algo típico de Hollywood: la política complica las ventas. Con el tiempo adoptaba una hija (Jean Arthur) a la que hipnotizaba -no fuera que no lo quisiera- y desarrollaba un plan para dominar al mundo hasta que Sir Nayland Smith (O.P. Heggie) lo detenía y su hija se enamoraba del doctor Petrie.
Fu Manchú parecía morir al final... para escapar de su ataúd al inicio del siguiente film, El Retorno de Fu Manchú (The Return of Fu Manchu, 30), también dirigida por Lee. Esta vez buscaba venganza contra la familia del Dr. Petrie, novio de su hija adoptiva, como un calabrés molesto porque la nena se le casaba con un gallego. Nayland Smith (otra vez O.P. Heggie) lo detenía. Dos curiosidades: por un lado, hay una versión en idioma alemán de este film, con el mismo guión (similar al Drácula, que tuvo versión española) y decorados; por otro, uno de los actores del film fue Neil Hamilton, alias el comisionado Fierro de la serie Batman de los años 60 (sí, la de Adam West).
A ninguno de los dos films le fue mal, pero tampoco rompieron taquillas.
El tercer film de la serie, La Hija del Dragón (Daughter of the Dragon, 31), dirigido por Lloyd Corrigan, tendría varios cambios. En primer lugar, Fu Manchú (Oland por tercera y última vez) muere al comienzo del film, herido de bala. Será su hija, la princesa Ling Moy -nada que ver con la hija de Fu Manchúque en las novelas se llamaba Fah Lo See- quien, jurando ante su padre moribundo, llevará a cabo su venganza.
Lo interesante es que la hija era interpretada por Anna May Wong, una de las pocas estrellas asiáticas del Hollywood de la época. Y no sólo eso, sino que uno de los que se opondrían a sus planes era un detective chino personificado por la única estrella masculina oriental que Hollywood tenía, el japonés Sessue Hayakawa. ¡Y el tipo encima está enamorado de la villana, pero debe detenerla! Una rareza muy interesante que no anduvo lo suficientemente bien para que la Paramount hiciera más films del personaje.
Pero lo que dejaba Paramount lo tomó la MGM, que hicieron la mejor película del personaje, La Máscara de Fu Manchú (The Mask of Fu Manchu, 32), realizada por Charles Brabin. Warner Oland no estaba más (se había muerto en la tercera, ¿recuerdan?).
Pero el reemplazo fue aún mejor: prestado por la Universal, Boris Karloff (de pie) se ponía el traje de mandarín y achinaba los ojos.
La película respetaba el tono de las novelas de Fu Manchú, con sus trampas sádicas, como la de una balanza que se desequilibraba progresivamente y terminaba arrojando a quien estaba sobre ella a un foso con cocodrilos. Pociones exóticas, una droga que dejará al héroe enamorado perpetuamente de Fah Lo See. Máquinas mortales, un rayo electrónico. Y un plan maquiavélico que necesita de la máscara, con la que enterraron a Genghis Khan, para destruir a la raza blanca y dominar el mundo.
Karloff está bárbaro, Mirna Loy es la seductora hija de Fu Manchú y los decorados son muy imaginativos.
En resumen, la peli es entretenidísima. Okey, todos los chinos son malos, pero de eso siempre se trató Fu Manchú, ¿no?
Desgraciadamente The Mask... no fue un éxito y el maquiavélico doctor no volvería al celuloide hasta 1940, con el serial Drums of Fu Manchú (40), de Willlam Witney y John English.
En quince episodios el doctor -interpretado por Henry Brandon- se enfrentaba con Nayland Smith (William Royle) en el Barrio Chino de Los Ángeles.
El serial de Republic era, como acostumbraba esa compañía, ágil y pleno de acción en todos sus episodios. Y el doctor se escapaba al final, en vez de morir aparentemente.
Fu Manchú no volvería a las pantallas por quince años... y sería en la pantalla chica en vez del cine. Con la serie The Adventures of Fu Manchu. ¿Suena ridículo, no? Bueno, todavía no vieron al que hacía del doctor: Glen Gordon (actor desconocido como pocos) recordaba tanto a Fu Manchú como Darío Vittori a un gallego.
Aparentemente, la serie no estaba tan mal, pero no atrajo al público y se canceló tras una temporada.
Se necesitarían diez años y el éxito de los films de Bond, James Bond para que alguien se interesase en hacer más películas de Fu Manchú.
Ese alguien sería Harry Alan Towers, un productor inglés decidido a sacar adelante su compañía cinematográfica. Towers adquirió los derechos cinematográficos de las trece novelas originales, de la viuda de Sax Rohmer, y contrató a Christopher Lee para que interpretara al villano. Lo curioso fue que, luego de comprar los derechos, Towers no se basó en ninguna de ellas para sus films.
Tuvieron todos guiones originales, que resultaron demasiado similares entre sí: el buen doctor se dedicaba a capturar científicos para crear un arma mortal con la que conquistaría el mundo, hasta que Nayland Smith y sus ayudantes lo derrotaban. Como dijo Christopher Lee -que se leyó todas las novelas como parte de la investigación de su personaje- hubiera sido mejor adaptar las novelas, que tenían lo mismo que los guiones originales y eran menos repetitivas en sus argumentos.
El primer film de esta serie, The Face of Fu Manchu (65), fue dirigido por Don Sharp, y era un producto de buena factura que podía haber sido un correcto competidor de las aventuras "bondescas". Sólo que el público no estuvo enfervorizado con el film, al que le fue medianamente bien.
De allí en adelante, las secuelas empezarían a decaer en calidad: The Brides of Fu Manchu (66), del mismo director, seguía siendo una buena aventura, pero ya empezaba a notarse la baja en la calidad en la tercera entrada, The Vengeance of Fu Manchu (67), esta vez realizada por Jeremy Summers. y todavía venía lo peor: al caerse el dinero prometido por un productor extranjero, Towers tuvo que buscar un director barato. Y lo encontró: Jesús Franco. El que haya visto alguno de sus films, sabe a que atenerse, barato es; bueno y bonito, no. Una lágrima vea.
Kiss of Death (68) y The Castle of Fu Manchu (68) son divertidas de ver, estando medio en pedo a las tres de la matina un sábado a la noche, para cagarse de risa y con el fast forward a todo vapor, pero nada más. Es lógico que luego de este ignominioso final, no haya habido más pelis de Towers de Fu Manchú.
El último film sobre este gran villano pretendía ser una comedia, la última que terminó Peter Sellers antes de morir. El título: The Fiendish Plot of Dr. Fu Manchu (80). Lo mejor que se puede decir de ella es que mejor no comentarla, que para reirse es mejor ver uno de los films de Franco. Una decadencia, mire.
Por ahora el peligro amarillo está en el limbo cinematográfico. Esperemos que alguien se acuerde de él y que el mundo vuelva a escuchar pronto del Dr. Fu Manchú.
Dios es argentino, Fu Manchú gallego
Si bien hay dos film mudos con nuestra amenaza amarilla (The Mistery of Dr. Fu Manchu, en 1924, y The Further Mysteries of Dr. Fu Manchu, en 1924), el malvado científico no se convirtió en figura de culto hasta la aparición del cine sonoro. Para mediados de los años treinta su nombre ya era conocido en todo el mundo y las copias empezaron a aparecer alrededor del planeta...
Las relaciones entre China y España no son un gran tema de discusión. Pero si de Villanos Orientales (marca registrada) se trata... iHostias!
En 1946 el director Ramón Barreiro realizó una versión muy galaica de la clásica historia de Fu contra los detectives: El título del film fue El Otro Fu-Manchú, y en el papel titular estaba el españolísimo Manuel Requena.
España pisó una vez más al mito (y esta vez literalmente) cuando el deforme realizador Jesús Franco se hizo cargo de la serie a fines de los años 60. Franco (el rey del zoom, un tipo que filma un largometraje en cuatro días) terminó de hundir al doctor y a su protagonista, Christopher Lee.
En estos últimos tiempos otro hijo de la madre patria amenaza con hacerse cargo del personaje. Alex de la Iglesia, el visionario director de El Dia de la Bestia (96), empieza a filmar en octubre una nueva película acerca del oriental. Con producción de Andrés Vicente Gomez y unos ocho millones de dólares de presupuesto, la próxima The Fiendish Plot 01 Dr. Fu Manchú puede ser una obra maestra. O no, pero nos vamos a divertir de puta madre. ¡Coño! ¡Coñazo!
No tan chinos
Si la idea de un occidental haciendo de chino o japonés te suena ridícula, fijate bien algunos de los actos de racismo más imbéciles que nos dio el cine:
-Warner Oland, sueco, hizo de Fu Manchú (chino) y Charlie Chan (hawaiano)
-Boris Karloff, inglés (con ascendencia hindú),hizo de Fu Manchú y Mr. Wong (chinos)
-Christopher Lee, inglés, hizo de Fu Manchú (chino)
-Peter Lorre, húngaro, hizo de Mr. Moto Uaponés)
-Bela Lugosi, húngaro, hizo de Mr. Wong (chino),
-y como si fuera poco, en la película de Daniel Tinayre Kuma Ching (69), el malvado chino es interpretado por… ¡Juan Verdaguer!